¿Quién puede resistirse al encanto de una salsa de tomate casera? Este clásico culinario nos brinda la oportunidad de capturar la esencia de uno de los frutos más queridos en todo el mundo, y todo esto se traduce en un auténtico deleite para el paladar en forma de un sabor casero que jamás olvidarás.

Desde pizzas crujientes hasta pasta al dente y camarones jugosos en salsa, este elixir de tomate es el compañero perfecto de innumerables recetas. Lo mejor es que, al hacerlo vos mismo, desterrás los conservantes y aditivos de tu comida, y te sumergís en una experiencia verdaderamente fresca y natural.

Ahora, ¿cuál es el secreto detrás de esta salsa de tomate casera perfecta? Todo comienza con la meticulosa tarea de pelar los tomates. Para simplificar este proceso, te recomendamos sumergir los tomates en agua caliente en una olla, pero antes de eso, realizá una pequeña cruz en la base de cada tomate. Este sencillo truco hará que el pelado sea rápido y sin complicaciones.
Si estás corto de tiempo pero no querés sacrificar el sabor, pensá a lo grande. Prepará una cantidad generosa de esta salsa y tendrás provisiones para todo el año. O si lo preferís, guardala en envases herméticos, listos para ser rescatados de la heladera según tus deseos culinarios del momento.
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Y si sentís mucha acidez en la preparación, podés utilizar un poco de azúcar: la clave está en probar la salsa y ajustarla según tus preferencias.
Ingredientes
- 1 kg de tomates
- 2 cebollas medianas
- 2 dientes de ajo
- 7 hojas de albahaca fresca
- 2 cucharadas de orégano (si es fresco mejor)
- sal
- pimienta
- azúcar
- aceite de oliva
Preparación
- Lavamos bien los tomates y hierbas, y sumergimos los tomates en agua hirviendo. El proceso completo de hervir los tomates será de dos minutos y luego podrás pelarlos.
- Picamos bien pequeña la cebolla y el ajo, también las hierbas a utilizar.
- Posteriormente tomamos los tomates y los picamos. Ahora colocamos una sartén con un poco de aceite de oliva, añadimos el ajo y la cebolla, dejamos que se doren por unos minutos. Tené cuidado que no se queme el ajo. Agregamos el tomate y revolvemos, añadimos un vaso con agua, las hierbas picadas y sazonamos.
- Dejamos a fuego medio por media hora y corroboramos la preparación cada 5 minutos, removemos para evitar que se nos queme.
- Dejamos enfriar, si querés que tu salsa quede de una textura lisa la podés procesar con una licuadora o minipimmer.
Fuente: MDZ Recetas
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