Es ideal para picnic, irte a la plaza con amigos, almuerzo rápido para el trabajo o incluso para un viaje de ruta.
Fuente: Cronista

En algo que hay que agradecerle a los franceses, españoles e italianos es en el nivel de cultura culinaria que nos han inculcado. Porque este jambon-beurre (o conocido también como pan tumaca), implica solo eso: baguette, manteca y jamón serrano o ibérico, o prosciutto; y es perfecto.
Comer al aire libre entre la arena y el mar, o incluso entre árboles y pasto; es una forma muy relajante, placentera y divertida para cambiar las salidas cada tanto. Los sándwiches se hicieron para tales situaciones; después de todo, fueron creados con el fin de comerse mientras el comensal está haciendo otra cosa o está apurado.
Todos los sándwiches se pueden disfrutar de esta manera, pero el jambon-beurre es, con diferencia, la mejor opción por lejos y aquí está el paso a paso de este:
EL MEJOR SANDWICH: POR QUÉ
Dejando a un lado el sabor increíble, este sándwich es una maravilla estructural: parece diseñado para viajar bien, mantener su forma y nunca mojarse (como pasa con muchos otros ingredientes). Ambos ingredientes de relleno (el jamón y la manteca) son hidrofóbicos, es decir, son repelentes al agua. Por lo que simplemente no hay agua para que el pan la absorba.
Gracias a su alto contenido de grasa y al bajo contenido de agua, este sándwich se mantendrá en su forma y no dejará de estar rico pase el tiempo que pase, sea en un bolso de playa o en una mochila abrigada durante todo el día. Es por eso que esta falta de agua también se traduce en un sellado extremo.
Este sándwich también es tan delicioso como práctico: ningún ingrediente se resbala y se cae o se pierde, o se pone feo a medida que pasa el día. La combinación de carne de cerdo curada con sal, y manteca cremosa es una manera muy francesa (o mismo española) que la hace ser excelente por donde se mire y deguste.

EL MEJOR SANDWICH: PASO A PASO
El uso de dos ingredientes ricos e increíblemente sabrosos significa que solo necesitan los dos: ambos trabajan juntos para crear un bocado cremoso, carnoso y salado que milagrosamente no se siente demasiado pesado al terminar el sandwich.
Como hay tan pocos ingredientes, lo ideal es comprar con la mejor calidad posible:
- Pan baguette fresco, que esté crujiente por fuera y suave por dentro
- Una buena manteca (pomada o a temperatura ambiente le da más suavidad)
- Jamón serrano cortado fino y de primerísima calidad.
Cortar la baguette horizontalmente, y en lo posible manteniéndola entera o cortándola en segmentos más pequeños si es necesario. Luego esparce una capa gruesa de manteca en cada lado interno de los panes que van a usarse, y por último colocar el jamón (cantidad necesaria, pero tampoco se exceda).

Cerrar, envolver; y cuando llegue su momento, desenvolver y a comer. Se recomienda no agregar queso, ya que tiene manteca y esta le aporta su cremosidad; y tampoco se recomienda agregar vegetales. Al fin y al cabo, la belleza de este sándwich radica en su sencillez.
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